¿Tienen algo aque ver las grasas que comemos con los niveles de "colesterol"?

El camino de las grasas desde que nos las omemos hasta que se almacenan.

Dr. Esteban

9/27/20252 min read

Por qué las grasas que comemos no tienen nada que ver con el colesterol a o los niveles de LDL.

Vamos a ver el viaje de las grasas, desde que nos comemos esa loncha de jamón serrano.

El estómago se encargará de separar las proteínas de las grasas del jamón. Cada uno seguirá un camino diferente.

Las grasas, sin sales biliares, seguirían su camino por todo el tubo digestivo, y saldrían como una esteatorrea. No describo este término, buscadlo en internet, pero no es agradable,

Así que lo primero que hacen es unirse a esas sales biliares (que, por cierto, son una forma de colesterol producido por el hígado y conducido a la vesícula biliar), y ya se pueden absorber a través de la pared intestinal.

Para absorberse, se empaquetan en una lipoproteína muy grande llamada Quilomicrón. Cuando este autobús se llena de grasas, pasa a los vasos linfáticos intestinales, y va ascendiendo por el vaso linfático más grande del cuerpo llamado conducto torácico. El conducto torácico desemboca en la vena subclavia izquierda (detrás de la clavícula izquierda), y lo quilomicrones pasan a la sangre venosa para distribuirse por todo el organismo.

Como veis, hasta ahora las grasas que hemos comido no han pasado por el hígado para nada (pero las estatinas actúan disminuyendo la síntesis de “colesterol” en el hígado), pasan al torrente sanguíneo.

Conforme estos quilomicrones van “chocando” contra las células del cuerpo, éstas le van arrancado las grasas que necesitan poco a poco. Y el quilomicrón gradualmente se reduce de tamaño.

Por cierto, estas células que le van quitando grasas, son las células adiposas, que acumulan estas grasas como triglicéridos.

Finalmente tendrá un tamaño muy pequeño, momento en que se llaman “remanentes de quilomicrón”, que vuelven al hígado para que pueda aprovechar los restos de componentes que le quedan.

En resumen, solo un pequeño porcentaje de las grasas que comemos, pasan al hígado. La inmensa mayoría de estas grasas viajan directamente desde el intestino al tejido graso, donde esas grasas se almacenan como triglicéridos.

Este es el destino de todas las grasas: saturadas, insaturadas, poliinsaturadas.

Creo que queda claro, que las grasas que comemos no tienen nada que ver con los niveles de LDL. Nada que ver en su absorción, transporte ni almacenamiento.

Comer grasas nunca alterará nuestros niveles de LDL.

Extracto de “The Clot Thickens” del Dr. Malcolm Kendrick.